Add parallel Print Page Options

Pero su ayudante le contestó:

—En este pueblo hay un hombre que sirve a Dios. Toda la gente lo respeta mucho. Dicen que cuando él anuncia que algo va a suceder, sucede. ¡Vamos a verlo! A lo mejor nos dice dónde podemos encontrar las burras.

Pero Saúl le respondió:

—Si vamos a consultarlo, ¿qué podemos darle? ¿Con qué le daremos las gracias por su ayuda? Ya no tenemos nada, ni siquiera un poco de pan.

El sirviente le dijo:

—Yo traigo una monedita de plata, que pesa como tres gramos. Se la daré a ese hombre para que nos diga dónde encontrar las burras.

Read full chapter